En aras de proteger la economía nacional, particularmente a los productores del país, el gobierno federal subió aranceles a diversos productos que se importan y que se consideran como comercio desleal, pero hay quienes tiene reservas ante la medida.

"El gobierno ha detectado la entrada de productos subvaluados", dijo la Secretaria de Economía, Raquel Buenrostro la semana pasada.

Se trata de aranceles a productos como el acero, aluminio, textiles, confección, calzado, madera, plástico, productos químicos, papel y cartón, productos cerámicos, vidrio, material eléctrico, material de transporte, instrumentos musicales, muebles, entre otros, provenientes de países con los que México no tiene tratado.

La funcionaria explicó que al ingresar estos productos subvaluados a la economía nacional, desplazan a la producción nacional y las empresas.

“Los precios al público no bajan, pero sí desplazan a los textileros, calzado y a la gente de León. Aparte está el acero, cuya materia prima llega más cara que el producto terminado”, añadió.

La medida está dirigida a las importaciones sobre todo de países con los que no hay un acuerdo comercial.

Es así como el gobierno federal determinó imponer subir aranceles desde cinco por ciento hasta 50 por ciento.

“Esto va a causar mayores presiones inflacionarias y no ayuda con el nearshoring”, dijo la directora de análisis económico de Banco Base, Gabriela Siller.

En el Consejo Mexicano de Comercio Exterior de Occidente consideran que esta medida afectará a los consumidores y sumará a la inflación ya que si bien se busca detener la competencia desleal, no todos los productos con un arancel se fabrican en el país.

Para expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México, (UNAM), esta medida es de contención de problemas con el gobierno de Estados Unidos en la revisión del tratado que se aproxima hacia 2026. De hecho, la duración de los aranceles es de dos años y se da en el marco de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la cual, entre otras cosas ha generado que muchas empresas busquen relocalizarse en otras regiones del mundo como es México, que está cerca del mercado norteamericano.


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