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Thomas Damsgaard, Director de la Región de las Américas de BIMCO, destaca el momento decisivo que atraviesa la industria marítima: descarbonizar sus operaciones, acelerar la digitalización y adaptarse a un entorno regulatorio cada vez más exigente. 

El transporte marítimo ha destinado ya 150 mil millones de dólares a la descarbonización, una cifra sin precedentes; sin embargo, la producción y distribución de estos combustibles aún no alcanza la escala necesaria. “La demanda está clara, pero falta oferta. Eso representa una enorme oportunidad de inversión”, afirmó Joe Kramek, presidente del Consejo Mundial del Transporte Marítimo.

Cada año, el sector marítimo-portuario conmemora una fecha clave para reflexionar sobre el presente y el futuro de la actividad que conecta a los continentes: el Día Marítimo Mundial. En 2025, esta celebración tendrá lugar el 25 de septiembre, bajo el lema “Nuestro océano, nuestra obligación, nuestra oportunidad”, establecido por la Organización Marítima Internacional (OMI), organismo especializado de la ONU encargado de la seguridad marítima y la protección del medio marino.

Este 8 de junio, en el marco del Día Mundial de los Océanos, la comunidad internacional recuerda la urgencia de proteger uno de los recursos más vastos y esenciales del planeta. Los océanos cubren más del 70% de la superficie terrestre, regulan el clima, absorben alrededor del 30% del dióxido de carbono producido por los humanos y generan más del 50% del oxígeno que respiramos, según datos de la ONU.

El transporte marítimo, pilar del comercio internacional, enfrenta uno de sus mayores desafíos: reducir su huella ambiental. Históricamente dependiente de combustibles fósiles, este sector es responsable de una parte significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. En respuesta, la Organización Marítima Internacional (OMI) ha establecido metas ambiciosas para disminuir las emisiones, lo que ha detonado una búsqueda acelerada de alternativas más limpias y sostenibles.

La adopción de nuevos combustibles marinos será clave para cumplir los objetivos establecidos por la Organización Marítima Internacional (OMI), que contemplan una reducción de al menos 50% en las emisiones de CO₂ para el año 2050, en comparación con los niveles de 2008.

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