Retrocede actividad marítima petrolera en el Golfo de México a mínimo

De contracción de la actividad petrolera en México está retrocediendo tanto al grado de que el transporte marítimo en el Golfo de México ha alcanzado niveles no antes observados, de acuerdo con las cifras de la Coordinación de Puertos y Marina Mercante.

Las cifras indican que, en el primer semestre de 2024, se han movilizado 39.2 millones de toneladas de petróleo y derivados, una contracción de 10.8 por ciento en comparación anual.

Los reportes de la Coordinación, ahora adscrita a la Secretaría de la Marina Armada de México (Semar), observados desde 2011, último reporte elaborado, entonces por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, no habían sido tan bajos como el de este año.

La reducción se observa principalmente en los puertos de Coatzacoalcos, Tuxpan, ambos en Veracruz, y Cayo Arcas, Campeche, de acuerdo con el reporte de la Marina y la Coordinación de Puertos.

El problema de fondo es que la actividad petrolera, principalmente de Petróleos Mexicanos (Pemex), se ha reducido.

La plataforma de producción con nuevos campos encontrados y explotados este sexenio, así como los que ya se tenían bajo control están resultando en un estancamiento en la extracción este año, de acuerdo con los propios informes de la petrolera.

Y es que la inversión física productiva de la empresa que dirige Octavio Romero Oropeza, se está orquestando en el área de refinación, donde históricamente la firma reporte pérdidas operativas y financieras.

Con la política energética de este gobierno de Andrés Manuel López Obrador, se está atendiendo el problema de la importación de gasolinas y diésel, así como el fortalecimiento de la empresa, pero en la subsidiaria de Exploración y Producción, los resultados no han sido diferentes a los que se venían observando incluso en 2018.

Ahora la administración ha contabilizado los condensados dentro de sus productos de extracción, y aun así la plataforma no supera los 1.8 millones de barriles diarios.

Esta situación está afectando a las empresas offshore que operan en el Golfo de México, lo que también pega a los puertos, al empleo y al bienestar de esas regiones.

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