Perspectivas económicas 2024 apuntan a un panorama macroeconómico estable

Con la presencia de Xavier de Bellefon, Presidente de la Cámara de Comercio e Industria Franco Mexicana (CCI France México), el organismo francés con más de 135 años de presencia en México, que fomenta el desarrollo y crecimiento de empresas franco mexicanas, como aceleradora de negocios a nivel nacional e internacional— llevó a cabo el Foro Perspectivas Económicas para 2024 con la participación de BBVA México, México, ¿cómo vamos?,  directivos de la consultora Garrido Licona y con el apoyo de la Embajada de Francia en México, en el que se concluyó que desde la una perspectiva económica se espera un crecimiento en diversos sectores y en la economía nacional en 2024, lo que será positivo para la economía de empresas y negocios, habrá un impacto que permitirá generar mayores ingresos, probablemente mayores utilidades, van a crecer las actividades en las empresas que estén vinculadas con el concepto de nearshoring, en opinión de Salvador Garrido, Presidente del Consejo de Garrido Licona y Grupo NSH.

Para iniciar se realizó el panel “Impacto Financiero y Fiscal para el 2024”, el cual fue moderado por Salvador Garrido, Presidente del Consejo de Garrido Licona y Grupo NSH, en el que estuvo acompañado por Asael Apolinar, Socio Fiscal de Garrido Licona y Ricardo Lechuga, Socio de Finanzas y Auditoría de GL.

Salvador Garrido planteó que partiendo de un escenario económico actual positivo (con un PIB con crecimiento), con la economía avanzando, fortaleciéndose, con una proyección de crecimiento del PIB en el 2024 (de acuerdo al paquete económico que presentó el Gobierno), ¿cuál es la perspectiva financiera y fiscal que se espera para el 2024?

Al respecto, Ricardo Lechuga declaró que como consecuencia del incremento del producto interno bruto (PIB) hemos visto el incremento de las actividades financieras en la economía, crecen los negocios (especialmente el sector de la construcción, que en consecuencia, trae un crecimiento de las demás actividades (transporte, producción, manufactura), lo que beneficia a las empresas en temas de rentabilidad, que se traduce como inversión.

Más adelante, el Presidente del Consejo de Garrido Licona y Grupo NSH determinó que entonces, que bajo este escenario de crecimiento que se espera para el año 2024 y que los expertos en materia económica así lo indican, las empresas en general se van a ver beneficiadas, generando utilidades en aquellos giros que son estratégicos para la economía, llámese construcción, manufactura, energía y logística, impulsados también por el nearshoring.

Por su parte, Asael Apolinar mencionó cuáles serán los sectores industriales que podrán verse impactados en el año 2024 por temas de fiscalización, entre los que mencionó el automotriz, autopartes, sector manufacturero, sector financiero (bancos, instituciones de seguros, Sofomes y Sofoles, arrendadoras), sector minero y sector siderúrgico.

En el segundo, titulado “Perspectivas Económicas para 2024”, participaron Sofía Ramírez, Directora de México, ¿cómo vamos?  y Carlos Serrano, Economista en Jefe de BBVA México, moderados por Lisa Sica, Consejera Financiera del Servicio Económico Regional de la Embajada de Francia en México.

El panel presentó un panorama macroeconómico actual, continuó con las perspectivas del sistema financiero y concluyó con los temas de la agenda económica de la siguiente administración en vísperas de la elección presidencial de 2024.

Primeramente, Sofía Ramírez indicó que México sí está en un momento de crecimiento económico muy importante, pero aclaró que hay una serie de coyunturas muy importantes que están concluyendo que tenemos una economía sumamente compenetrada con la de Estados Unidos.

Ramírez agregó que habrá continuidad en la política monetaria en México y en Estados Unidos, que no habrá disminución en las tasas, habrá un crecimiento quizás menor, con menor dinamismo, y que cerraremos bien el año 2023, lo que ajusta las expectativas de crecimiento al alza, sustentados en una demanda interna muy fuerte, con los rubros de consumo e inversión dinámicos. Sin embargo, mencionó que los riesgos son precisamente la compenetración con la economía estadounidense, que nos hace sumamente vulnerables si no tenemos la solidez del mercado interno.

Finalmente, la Directora de México, ¿cómo vamos? comentó que es un buen momento para invertir en México porque hay demanda agregada, consumo sólido y porque estamos viendo la maduración de inversiones que ocurrieron hace cuatros, seis y ochos años, que contribuyen a impulsar el nearshoring.

En su turno, Carlos Serrano de BBVA México confirmó que efectivamente estamos viendo una economía del país con un dinamismo importante que indica que vamos a crecer este año al 3%. Asimismo, el Economista en Jefe de BBVA México estableció que el principal motor del buen comportamiento de la economía en México ha sido el consumo, el cual ha crecido por una serie de factores que están haciendo que el mercado laboral vaya muy bien. El primero de estos factores es que los salarios reales en México están creciendo. Los salarios nominales van creciendo por encima de la inflación, gracias a políticas acertadas de esta administración en materia laboral, como fue el incremento de los salarios mínimos, la reforma del outsourcing que incrementó el porcentaje de empleos permanentes y la disminución en las tasas de desempleo lo que provoca que el mercado interno en México tenga un impulso que no había tenido hace mucho tiempo. Y el segundo factor es por la economía de Estados Unidos.

En cuanto a la estabilidad macroeconómica, Serrano indicó que está bien, que no veremos una crisis de final de sexenio porque tenemos anclajes macroeconómicos relativamente bien con respeto a la autonomía del Banco Central, no tenemos desequilibrios externos, somos una potencia exportadora y tenemos una buena política fiscal.

No obstante, alertó que, en el mediano plazo, si la próxima administración no hace alguna reforma fiscal que aumente la recaudación, la situación fiscal se podría deteriorar por las presiones del gasto. En el año 2000 se utilizaba un punto porcentual del PIB en pagar pensiones, y actualmente ya se utilizan 4 puntos.