Este año, el Año Nuevo Chino (CNY), uno de los factores de estrés más impactantes para la cadena de suministro, junto con las interrupciones relacionadas con la pandemia, presenta un desafío logístico sin precedentes.
Esta dinámica ha señalado el importante papel que tienen la planificación logística proactiva y la colaboración con el socio apropiado de la cadena de suministro para transportar con éxito la carga dentro de los plazos, especialmente mientras que las empresas se van poniendo al día de los pedidos y la demanda de clientes sigue siendo impredecible.
“La planificación es clave para explorar y gestionar de manera efectiva los desafíos que ocurren durante el Año Nuevo Chino, especialmente ahora que tenemos que tener en cuenta el factor de la pandemia,” dijo Guido Gries, Managing Director de Dachser Americas, una filial del proveedor de logística líder global, Dachser. “Nuestros clientes cuentan con nosotros como nunca lo han hecho para aconsejarles sobre cómo transportar sus mercancías en estos tiempos tan impredecibles.”
El Sr. Gries continúa: “Se requiere un alto nivel de experiencia para abordar lo que parece ser una interrupción pandémica sin fin, junto con los desafíos asociados con los cierres por el Año Nuevo Chino. Además del paro laboral, escasean contenedores, así que muchos clientes planean sus envíos para después de las vacaciones, para evitar los picos de precios de la temporada alta.”
Conocido como el “Año del Buey”, el CNY 2021 comienza la noche del 11 de febrero, inaugurando a su vez la celebración del Nuevo Año Lunar en China y en otros países asiáticos como Vietnam y Corea. Durante este periodo conmemorativo, que se extiende hasta el 17 de febrero, hay un cierre completo de la infraestructura de fabricación de China, por lo cual todas las empresas y fábricas cierran de una a cuatro semanas.
De hecho, los proveedores asiáticos ya empiezan a cerrar sus operaciones una a dos semanas antes de las vacaciones. Aunque el feriado oficial solamente dura una semana aproximadamente, la mayoría de las fábricas cierran por un mes entero, y algunos incluso más, y la interrupción dura así mucho más allá del cierre. En general, las vacaciones impactan a unos dos meses de producción. Por esto las empresas que dependen de proveedores asiáticos deben poner en práctica una estrategia logística para mitigar los retrasos y mantener la fluidez de la cadena de suministro.