En un mundo donde la urgencia de abordar el cambio climático se vuelve cada vez más apremiante, el transporte sostenible se alza como una pieza fundamental en el rompecabezas de la reducción de emisiones y la preservación del medio ambiente.

En ese aspecto hay tres transportes, que innovando y con tecnología de punta serán sin duda piezas vitales para que el mundo encare los retos del cambio climático y se logre un transporte global sostenible: los trenes, los buques y en igual medida los aviones.

Ferrocarril, alto en eficiencia y bajo en emisiones

A medida que los expertos exploran soluciones para un futuro más limpio y saludable, el tren emerge como un protagonista clave en la transformación del sector del transporte de mercancías.

Según un informe de Carbon Brief, el tren representa solo el 8 por ciento de los desplazamientos de pasajeros y el 7 por ciento del transporte de mercancías a nivel global. Sin embargo, su consumo de energía es sorprendentemente bajo, constituyendo tan solo el 2 por ciento del total del consumo del transporte en su conjunto.

Esta eficiencia se deriva de su bajo coeficiente de rozamiento, vías segregadas y sistemas autoguiados, lo que permite arrastrar cargas pesadas con un costo energético mínimo.

En consonancia con el Pacto Verde Europeo, el fomento del tren en el transporte de larga distancia y corta distancia se presenta como una de las soluciones más efectivas para lograr la sostenibilidad del transporte.

Se prevé que el tráfico ferroviario de alta velocidad para pasajeros se duplique en toda la Unión Europea para 2030, mientras que el transporte de mercancías por ferrocarril también se multiplique por dos para mediados de siglo.

A pesar de estos avances en el transporte ferroviario, los desafíos persisten en otras áreas del sector.

Sector aéreo y marítimo fortalecen la sostenibilidad

El futuro del transporte sostenible se encuentra en una encrucijada con dos retos monumentales: cómo volar sin queroseno y cómo navegar sin combustibles fósiles.

Mientras los autos eléctricos avanzan, los aviones y los buques enfrentan obstáculos únicos. Los barcos, responsables del 80% del comercio global, buscan soluciones para reducir su huella de carbono. Mientras la electrificación marítima parece difícil con la tecnología actual, se exploran sistemas de calor residual y combustibles como el metanol.

La aviación también busca alternativas. Aunque se experimenta con aviones eléctricos y combustibles sostenibles, como el hidrógeno verde, los desafíos persisten. La industria aérea reconoce la necesidad de transformación y reduce la emisión mediante la mezcla de combustibles más limpios.

Esta transición hacia un transporte sostenible es vital para frenar el cambio climático y mejorar la calidad del aire. Estados Unidos, por ejemplo, podría prevenir 50.000 muertes anuales y ahorrar más de 600 mil millones de dólares en gastos médicos al reducir la contaminación. Avanzar hacia la descarbonización total para 2050 es una tarea urgente y necesaria para un futuro más limpio y saludable

En última instancia, la transición hacia un sistema de transporte sostenible no solo es factible, sino imperativa.


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