En etapa de elecciones presidenciales de México, la candidata Xóchitl Gálvez se comprometió a maximizar el nearshoring, impulsando la relocalización de fábricas cerca de los mercados consumidores en México.
En su presentación en la Convención Bancaria, la candidata por el PRI, el PAN y el PRD, partidos de oposición, destacó que su estrategia estará basada en cinco pilares.
Se trata en primer lugar de asegurar la certeza jurídica para las empresas que quieran instalarse en México, con el objetivo de atender el mercado norteamericano; en segundo lugar, está el garantizar la proveeduría de energía eléctrica y que sea generada con fuentes renovables.
En tercer lugar, propuso desarrollar capital humano para las empresas y la mejora de productividad, lo que redundará en desarrollo social del país; como cuarto punto, expuso que se deberá ampliar la infraestructura para el transporte como puertos, ferrocarriles, carreteras y aeropuertos; y finalmente, dijo que se debe ofrecer seguridad pública todo el país.
“El puerto de Cuyutlán (en el puerto de Manzanillo) en Colima es indispensable para el comercio exterior, necesitamos más cruces fronterizos, invirtamos dinero donde nos genere riqueza y esa riqueza pongámosla en educación, salud y seguridad”, ofreció Gálvez a banqueros privados.
Actualmente la infraestructura de transporte en México comienza a presentar constantes cuellos de botella, ante el incremento de la economía, inversiones de empresas ya instaladas y la cristalización de nuevos proyectos por el nearshoring incipiente.
Sin embargo, los recursos públicos se han invertido y concentrado en proyectos nuevos prioritarios y de promesas políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador como la Refinería Dos Bocas, que a la fecha no ha iniciado la elaboración de petrolíferos y tiene un sobrecosto de más de 100 por ciento; el Tren Maya que presenta fallas, con sobrecostos de más de 300 por ciento, y que aún está lejos de terminarse o el Aeropuerto Felipe Ángeles que aún no termina de generar el pasaje necesario para ser rentable pese a la saturación del espacio aéreo en la Ciudad de México.
Finalmente, la política propuso que en Pemex los ajustes deben ser en las áreas de Producción y Exploración, en donde se debe abrir al sector privado para que entre como socio en aguas profundas donde se requiere mayor tecnología.
Y, en el caso de Transformación Industrial, donde la empresa lleva más de 23 años reportando pérdidas financieras, dijo que se debe abrir a energías limpias como la producción de hidrógeno, pensando en la transición energética, propuso Gálvez.
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