Con base en estimaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), para alcanzar las cero emisiones netas para el año 2050, se estima que las inversiones mundiales anuales en energías limpias deben triplicarse para llegar a los 4 billones de dólares antes de 2030.

Las cada vez más crecientes olas de calor a nivel mundial ponen de manifiesto la necesidad apremiante de acelerar la transición energética.

Sin embargo, esta transición requiere una reforma más rápida de los Acuerdos Internacionales de Inversión (AII) para respaldar el abandono de los combustibles fósiles, una tarea que luce complicada dado los intereses de carácter económico involucrados allí.

El desafío radica en que muchos de estos tratados de inversión, especialmente los más antiguos, pueden obstaculizar la transición. En un ejemplo reciente, empresas petroleras y de gas utilizaron estos tratados para impugnar la eliminación progresiva del carbón en los Países Bajos.

Concretamente fue la empresa energética alemana RWE, propietaria de centrales eléctricas de carbón en los Países Bajos, la que presentó demandas contra el Gobierno tras su decisión de prohibir la combustión de carbón para la producción de electricidad de aquí al año 2030, en línea con los compromisos del país en virtud del Acuerdo de París.

Hamed El-Kady, a cargo de los acuerdos internacionales de inversión de la UNCTAD, señala que los gobiernos y la comunidad internacional de inversores deben reformar los tratados de inversión para respaldar la transición energética y reducir el riesgo de costosos litigios.

La UNCTAD ha desarrollado una estrategia para ayudar a los países a transformar los AII y respaldar mejor la transición energética. La mayoría de los AII existentes, más del 89%, fueron firmados antes de 2012 y están detrás de casi todos los casos de disputas inversor-Estado conocidos públicamente.

El mecanismo ISDS, diseñado originalmente para proteger a los inversores extranjeros de acciones gubernamentales "excesivas", está limitando la capacidad de los países para regular, incluso cuando buscan objetivos legítimos de política pública como promover la energía renovable.

Tanto los inversores en combustibles fósiles como en energías renovables recurren al arbitraje de inversiones, representando conjuntamente una cuarta parte de los casos de ISDS.

La nueva caja de herramientas de la UNCTAD se centra en cuatro áreas de acción:

  • Promoción y facilitación de la inversión en energía sostenible.
  • Transferencia y difusión de tecnología sostenible.
  • El derecho a regular la acción climática y la transición energética.
  • Responsabilidad social corporativa (RSC).

La eficacia de esta caja de herramientas radica en la capacidad de los países para modificar o renegociar los tratados existentes. Además, tienen la opción de rescindir un AII sin sustituirlo de forma unilateral.

La caja de herramientas será un tema central en el Foro Mundial de Inversiones de la UNCTAD que se llevará a cabo en Abu Dhabi del 16 al 20 de octubre. En este evento, se discutirán soluciones concretas para reformar los AII y aumentar las inversiones en energía sostenible, abordando así la crisis climática global.

Los resultados del foro influirán en las negociaciones de la próxima Cumbre sobre el Clima (COP28) en Dubái, prevista para finales de noviembre.


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